Adaptar estos ecosistemas al cambio climático no es solo una opción, es una necesidad urgente.

Los ecosistemas de montaña son fundamentales para la biodiversidad y los ciclos naturales, pero también están entre los más vulnerables al cambio climático. Desde alteraciones en las temperaturas hasta cambios en los patrones de precipitaciones, las montañas enfrentan presiones que afectan tanto a su flora y fauna como a las comunidades humanas que dependen de ellas.

El aumento de temperaturas ha provocado el retroceso de glaciares, alteraciones en los periodos de deshielo y cambios en la vegetación. Especies emblemáticas, como el urogallo o la marmota alpina, están viendo reducido su hábitat debido a estos fenómenos. Además, las actividades humanas, como la ganadería y el turismo, amplifican estas tensiones si no son gestionadas de manera sostenible.

En la pasada cumbre del clima celebrada en Bakú, COP29, la International Cryosphere Climate Initiative (ICCINET) presentó su informe sobre los impactos globales en los ecosistemas, sociales y económicos derivados del deshielo de la criosfera.

Acceso al informe en el siguiente enlace.

Estrategias de adaptación y resiliencia.

Para contrarrestar estos desafíos, se están implementando soluciones de adaptación basadas en la naturaleza. Una de las más efectivas es la restauración de ecosistemas mediante reforestación con especies autóctonas, lo que no solo protege el suelo contra la erosión, sino que también mejora la captura de carbono. Estas acciones ayudan a frenar el avance del cambio climático y ofrecen un refugio a especies desplazadas.

Otro enfoque esencial es la gestión hídrica. Restaurar humedales y proteger fuentes de agua en altura garantiza un suministro más estable para comunidades aguas abajo, al tiempo que preserva la biodiversidad. La implementación de prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles también juega un papel crucial para reducir el impacto ambiental en estos territorios.

A nivel global, otras regiones de montaña, como los Alpes o los Andes, están adoptando medidas similares. En Suiza, la construcción de barreras vegetales y la implementación de sistemas de alerta temprana frente a avalanchas han reducido los riesgos asociados a desastres naturales.

El Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) nos indica los impactos del cambio climático en los ecosistemas de montaña: ver enlace.

Sin embargo, el éxito de estas iniciativas requiere más que acciones locales. La cooperación internacional y el apoyo de las políticas públicas son imprescindibles para garantizar la financiación y la coordinación de estos esfuerzos. Además, educar y empoderar a las comunidades locales es fundamental para asegurar su participación activa en las soluciones.

Las montañas no solo son vitales para quienes viven en sus proximidades; son el soporte de la vida en el planeta, proporcionando agua, biodiversidad y recursos esenciales. Adaptar estos ecosistemas al cambio climático no es solo una opción, es una necesidad urgente.

Más información:

¿Nos ayudas? ¿Qué medidas de adaptación crees que se pueden implementar en las estaciones de esquí frente al cambio climático? 

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