Nos ha dejado Luis Granell, consejero de esta fundación durante más de 20 años y, sobre todo, amigo. Aquí va nuestro homenaje

Luis nos ha acompañado a lo largo de toda nuestra trayectoria. Amigo, consejero durante más de 20 años, colaborador incansable, activista, solidario… y podríamos seguir enriqueciendo la lista de adjetivos, porque era de esas personas que siempre enriquecen. Trabajaba para que las cosas cambiasen, para romper con las inercias en las que a veces nos instalamos y que impiden el avance. Lamentamos profundamente su pérdida.

A Luis siempre le asociaremos a la movilidad. Fue, de hecho, uno de los mayores activistas para la reapertura del Canfrac. A través de él, entramos en 1993 a formar parte de CREFCO, desde donde impulsó el estudio “La carretera rodante como alternativa de transporte en los Pirineos”. Pero esto es solo un ejemplo: siempre ponía alternativas encima de mesa, por lo que la lista de actividades, informes y estudios es muy larga. No obstante, con especial cariño, no nos resistimos a recordar algunos como “Consideraciones a la red ferroviaria de Zaragoza tras la llegada del tren de alta velocidad. Una ocasión para hacer ciudad” (1996). En este estudio, elaboró alegaciones a la memoria resumen de impacto ambiental del estudio informativo del proyecto variante norte ferroviaria de Zaragoza. El Ministerio de Fomento asumió las propuestas, pero dejó fuera un punto fundamental: los trenes de cercanías. Otra de las luchas de Luis, los cercanías. En el informe “Aragón no puede perder el tren” (1997) analizó las posibilidades de mejora de los servicios ferroviarios en todas las líneas que discurren por territorio aragonés. También organizó, en 1998, el Simposio Internacional sobre el Transporte Sostenible en zonas de montañas, una iniciativa que sirvió para seguir reivindicando la recuperación del ferrocarril de Canfranc. Como decíamos antes, la lista es muy larga, pero también queremos recordar la multitud de foros verdes y debate que promovió.

Luis era nuestro experto en transporte, nuestro maestro en comunicación. Hacer con él un viaje en Canfranero era todo un lujo. Sus explicaciones sobre las diferentes obras de ingeniería que tiene la línea, su interpretación del paisaje, su conocimiento de la historia… era como asistir a una clase magistral. Y no podemos olvidarnos de su creatividad. Todavía recordamos una rueda de prensa que organizamos en un vagón de un tren de principio del s. XX. Con ese marco, el éxito de este encuentro estuvo asegurado.

Hemos perdido un amigo. Pero no nos deja del todo: siempre formará parte de nuestra historia, de nuestra trayectoria, de la familia de Fundación Ecología y Desarrollo, el nombre que a él le gustaba.  

Gracias, Luis, por haber formado parte de este proyecto. 

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