Miércoles 23 de Enero de 2013
Esta entrada ha sido escrita por Alberto Eisman (@ajeisman).
Vivimos tiempos recios para la solidaridad. Cuando en España se roza el número de los 6 millones de parados y ya casi no quedan agujeros con los que estrecharse más el cinturón... es difícil y casi heroico hablar de pensar en los que tienen menos que nosotros, máxime en países y circunstancias muy lejanas de nuestra realidad. A esto se le añade una retórica facilona que carga contra el mismo concepto de ayudar al desarrollo argumentando el derroche de los fondos oficiales, como si todos y cada uno de los euros empleados en la cooperación internacional hubieran sido destinados a proyectos tan significativos como la reproducción asistida de los lemures aterciopelados del Madagascar Oriental. Hay que decir alto y claro que no es así.