Juan Carlos del Olmo (Madrid, 1966) es secretario general de WWF-España y se define como un "ecologista convencido desde la cuna". Desde la sede de la asociación en Madrid habla de La hora del planeta, la propuesta de apagón prevista para el próximo sábado.
Fuente: El País
Pregunta. ¿Qué objetivo persigue La hora del planeta?
Respuesta. Que gobiernos, ciudadanos y empresas se unan para reclamar medidas contra el cambio climático, porque es un problema de gravedad y combatirlo es tarea de toda la sociedad.
P. ¿Qué mensaje quieren transmitir a los gobiernos?
R. Que tras el fracaso de la cumbre de Copenhague no nos rendimos; que sigue siendo necesario un acuerdo climático ambicioso, justo con los países en desarrollo y suficiente para frenar el cambio, y en la cumbre de México tendremos una nueva oportunidad. Queremos que el problema no pase a un segundo plano en las agendas políticas.
P. ¿Por qué es importante la participación de las empresas?
R. Porque han sido un freno en esta lucha en muchas ocasiones. Ahora, cuando una empresa apaga su luminoso inicia un camino sin retorno: primero, reconoce que el problema existe y, segundo, si apago el luminoso y no tengo plan de eficiencia energética, tendré que empezar a tenerlo. Hemos visto que empresas que hicieron algo simbólico el año pasado han empezado a implantar políticas medioambientales.
P. ¿En qué aspectos hay que sensibilizar a la sociedad?
R. Si quieres cambios necesitas que la opinión pública los admita. Cuando hablamos de una economía baja en carbono hablamos de consecuencias inmediatas. Por ejemplo, en la fiscalidad. Hay que preparar a la sociedad para que los combustibles más contaminantes sean más caros y la eficiencia energética se premie.
P. ¿Cuál diría que es hoy el principal escollo en la lucha contra el cambio climático?
R. La falta de compromiso de los gobiernos. Tras Copenhague hay una discusión sobre el camino a seguir y sobre la capacidad de Naciones Unidas para liderarlo. Nosotros creemos que sí es capaz. Además hay reticencias por parte de países muy importantes, como China o EE UU.
P. ¿Qué acciones o decisiones son más urgentes?
R. Poner en marcha el fondo económico de ayuda a los países en desarrollo, el Fondo de Copenhague. La única conclusión que salió de esa cumbre es que los países estaban dispuestos a pagar antes que a comprometerse a reducciones serias. También hay que redefinir la hoja de ruta para la cumbre de México y marcar los objetivos, si se busca un acuerdo vinculante -nosotros queremos que lo sea- o voluntario.
P. ¿Están crecidas las corrientes negacionistas?
R. Sí. Hay una campaña muy fuerte de descrédito contra el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, en siglas inglesas), pero un error puntual no niega el trabajo de miles de científicos. También se quiere hacer creer que, después de Copenhague, un acuerdo vinculante es imposible y no podrá alcanzarse en el marco de las Naciones Unidas. No es cierto. Hay un interés en que al final haya un acuerdo entre unos pocos países. Hay que dar un mensaje en positivo, porque nada conduce más al fracaso que el derrotismo.